Desde la grieta, la forma nace de un temblor.

De ese instante en que algo se rompe… y aparece otra forma de mirar.

Esta obra, parte de la serie Mirades d’Estrèpit, no busca representar ni ordenar: simplemente deja que los restos hablen. Trazos verticales en azul profundo y naranja volcánico se organizan sin lógica aparente sobre el fondo crudo de la tela, como ruinas que aún sostienen memoria. No hay simetría ni centro, solo estructuras descompuestas que insisten en permanecer.

Pintada con acrílicos sobre algodón natural, fue creada con espátula y pincel libre, sin boceto previo. Cada gesto contiene un rastro, y cada rastro, una historia que no necesita explicación. En el espíritu de Teixir Bambú, esta pieza no decora: acompaña. No llena: sugiere. No grita: deja espacio.

Desde donde algo se rompe,
aparece otra forma de mirar.
Y a veces, mirar distinto
es empezar a sanar.

Desde la grieta, la forma es una reflexión sobre aquello que, tras romperse, permanece de otro modo. Sobre los fragmentos que no necesitan volver a ser uno para tener sentido. Y sobre cómo lo que ya no encaja puede abrir nuevas formas de estar y de mirar.