Mirades d’Estrèpit

Miradas que irrumpen como estallidos emocionales, espirales que se abren como ojos despiertos.
Colores vibrantes y formas intensas expresan ese instante en que el dolor se vuelve impulso creativo.
En Teixir Bambú, esta serie simboliza el acto de despertar: mirar el caos sin miedo y empezar a tejer desde ahí.

20 Tote Bags

Donde se rasgó la calma

El ojo que miró el caos ya no pudo cerrarse.

Mirades d’Estrèpit

20 Tote Bags

Donde se rasgó la calma

Donde se rasgó la calma

Explosión al borde del pecho

Explosión al borde del pecho

Donde estalló el ojo

Donde estalló el ojo

El eco que partió el aire

El eco que partió el aire

Fulgor de la grieta

Fulgor de la grieta

La mirada que quebró el cielo

La mirada que quebró el cielo

El temblor que no se ve

El temblor que no se ve

Cuando el agua rompió los mapas

Cuando el agua rompió los mapas

Costuras que no se ven

Costuras que no se ven

Desde la grieta, la forma

Desde la grieta, la forma

Donde se rasgó la calma

Donde se rasgó la calma

Fragmentos de rojo, azul y negro estallan como una piel desgarrada por la emoción. No hay refugio, sólo el impulso de mirar y no huir.

Explosión al borde del pecho

Explosión al borde del pecho

Manchas de color encendidas se expanden como un latido que ya no puede contenerse. Una mirada que atraviesa el dolor y encuentra impulso.

Donde estalló el ojo

Donde estalló el ojo

Espirales abiertas y colores tensos irrumpen como una mirada que, en vez de cerrar, explota hacia afuera buscando el pulso de lo real.

El eco que partió el aire

El eco que partió el aire

Un estallido suspendido en el vacío. Trazos fragmentados que todavía vibran, como la resonancia de un golpe que no cesa.

Fulgor de la grieta

Fulgor de la grieta

Un estallido contenido: colores que tiemblan sin estallar del todo. El instante previo a la ruptura, cuando el silencio ya no puede sostenerse.

La mirada que quebró el cielo

La mirada que quebró el cielo

Fragmentos cortados a navaja. Color rasgado que no busca reparar: solo nombrar el temblor de haber visto.

El temblor que no se ve

El temblor que no se ve

Trazos quebrados, casi invisibles, atraviesan la superficie como una respiración entrecortada. Un paisaje íntimo que también necesita ser mirado.

Cuando el agua rompió los mapas

Cuando el agua rompió los mapas

Trazos líquidos y fragmentos de color que desdibujan los límites. Una invitación a mirar de otro modo lo que parecía haber desaparecido.

Costuras que no se ven

Costuras que no se ven

Trazos fragmentados que irrumpen como gritos visuales, hilvanando territorios quebrados antes de que el silencio los borre.

Desde la grieta, la forma

Desde la grieta, la forma

Fragmentos suspendidos que no buscan orden, pero sostienen lo que aún tiembla.